Algún día, los biocombustibles sólidos (como la leña, el carbón vegetal, los pellets y otros) se utilizarán en México a gran escala con tecnologías modernas y eficientes. Ello será gracias a investigadores como Omar Masera y otros, quienes han dedicado décadas de sus vidas a estudiar los alcances de la leña, del carbón, de los residuos agrícolas, los desechos sólidos de industrias procesadoras de alimentos, de todo tipo de desechos sólidos capaces de generar energía térmica y eléctrica y que ahora son parte de un gran equipo: el Clúster de Biocombustibles Sólidos de CEMIE-Bio. “Siempre comprendimos la importancia de abordar la bioenergía de una manera integrada”, comenta Masera.
El potencial
Para el experto, existe un muy rico camino para la generación de energía mediante biocombustibles sólidos. “Tienen un gran potencial; hay tecnología comercialmente viable. Lo que falta es catalizar estos esfuerzos para México”, afirma, y en una histórica colaboración entre los sectores académico-científico, industrial y de gobierno, se buscará llevar a otro nivel la creación, producción, comercialización y uso de los biocombustibles en México.
El clúster está conformado por investigadores especializados en el desarrollo de biocombustibles sólidos de 10 Centros de Investigación e Instituciones de Educación Superior, tres empresas importantes del ramo y dos universidades internacionales. Se dedicarán a la búsqueda de aplicaciones, tanto a pequeña escala (residencial) como para la mediana y gran industria. Además de resultados enfocados a la sustentabilidad energética, el trabajo del clúster también tendrá efectos sociales positivos para comunidades forestales o campesinas de bajos recursos, ya que la mayor parte de los proyectos de biocombustibles sólidos tienen el potencial de apoyar economías rurales.
Las cuatro líneas de investigación
El proyecto tendrá cuatro grandes líneas de investigación. La primera de ellas estará dedicada al origen y cuantificación de los insumos biomásicos, “de dónde va a venir geográficamente la biomasa que vamos a utilizar y cuánto se puede utilizar de manera sustentable”. La modelación espacial de los recursos biomásicos es una especialidad en la que muchos de los expertos involucrados en este clúster han tenido liderazgo internacional. Se trata de analizar, de manera integrada, las diferentes fuentes de recursos, desde biomasa forestal hasta cultivos energéticos dedicados. “Este primer análisis es para proponer modelos espaciales que nos indiquen cuánta biomasa (y a qué costo) se puede extraer y manejar de manera sustentable con fines energéticos, sin perjudicar la producción de alimentos, la biodiversidad o la conservación de suelos […]
Una segunda línea de investigación busca promover el desarrollo de biocombustibles sólidos de alta calidad para la industria nacional, con énfasis en el desarrollo de combustibles procesados, como astillas, briquetas o pellets que sustituyan el uso de combustibles fósiles. En específico se busca “montar un laboratorio nacional de referencia que nos permita garantizar y dar las pautas de calidad para esos productos. […]dentro de esta línea, vamos a trabajar con algunas industrias agroalimentarias”.
La tercera línea de investigación, especialidad de Masera, se centra en el uso eficiente de la biomasa en el sector residencial. Actualmente, nos comenta, hay 24 millones de personas en México que cocinan con leña en fogones abiertos, muy rústicos e ineficientes. “Vamos a utilizar la experiencia que hemos acumulado a lo largo de 20 años aquí en México para catalizar la innovación en este sector, introduciendo estufas de biomasa ultra limpias que van a reducir significativamente la contaminación y los consumos de leña domésticos. La idea es hacer de la leña un combustible que pueda competir con el gas u otros combustibles modernos. Vamos a prestarle mucha atención no sólo a los dispositivos, sino a las formas en las que se deben introducir con los usuarios para que la tecnología nueva sea aceptada realmente y tenga el impacto que nosotros queremos”.
La última línea es la tocante a sustentabilidad y políticas públicas. Para ello, se desarrollarán análisis de ciclo de vida de los biocombustibles, análisis integrales de los impactos sociales y ambientales de las diferentes opciones tecnológicas, así como bases de datos y herramientas para generar información científica que facilite y fortalezca la formulación de políticas públicas y la toma de decisiones.
Innovación mexicana
Para Masera, objetivos claves del clúster son: ligar la innovación científica y tecnológica con el desarrollo sustentable de las comunidades y ejidos del país; trabajar con empresas para mejorar la competitividad; y desarrollar un proyecto de innovación que salga del propio México.
Además, el Clúster de Biocombustibles Sólidos de CEMIE-Bio contará con aliados académicos internacionales, concretamente de Estados Unidos: la Universidad de California y la de Cornell. Masera afirma: “Contamos con una base muy sólida de instituciones en México y vamos a buscar que las innovaciones que genere el proyecto redunden en beneficios para los productores, las empresas e institutos de investigación que trabajen con ellos; asimismo, que se creen mercados para profesionistas calificados en biocombustibles sólidos y se impulse, de manera firme, la transición energética hacia las fuentes renovables de energía”.