El reto
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en México sólo el 40% de las aguas residuales (provenientes de hogares e industria) recibe algún tipo de tratamiento; y tampoco este porcentaje se limpia de modo efectivo. Además, algunos de los sistemas de tratamiento son de altos costos, pues requieren gran cantidad de insumos y mantenimiento especializado. Se deriva de ello un riesgo para la salud pública, porque el 80% de los cultivos en el país se riegan con agua contaminada, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
La solución
La compañía mexicana Cplantae surgió a partir de un proyecto de un grupo de estudiantes universitarios, el cual consistió en crear un sistema de tratamiento de aguas residuales eficaz, barato y capaz de funcionar sin energía eléctrica.
El sistema se compone de un vermifiltro, una especie de biodigestor en donde cae el agua residual. Este tanque funciona como un filtro que guarda en su interior un grupo de lombrices rojas (E. fetida) que se encarga de consumir cualquier tipo de residuo orgánico, limpiando el agua en una primera fase. El estómago de este tipo de lombrices actúa como un súper procesador de las sustancias que consume. Tienen de 6 a 8 cm de longitud, no transmiten enfermedades, consumen más de la mitad de su propio peso al día y tienen una tasa de reproducción muy alta. Una vez que los residuos atraviesan su sistema digestivo, se transforman en humus, que es el nombre del material orgánico que ha alcanzado su descomposición final y es fácilmente absorbido por los microorganismos de las plantas en el humedal. Así, no se utilizan insumos químicos y en todo el proceso no se produce CO2. La primera parte de la palabra vermifiltro (vermi) viene del latín vermis o vermibus, que significa “gusano”. Entre los desechos orgánicos así transformados se cuentan heces, comida, vegetales, semillas y papel higiénico, entre muchos otros.
Después, el agua pasa a un humedal artificial, que es una fosa con plantas acuáticas. En este sitio se realiza el tratamiento secundario, en donde el líquido es limpiado por las plantas hasta cumplir con las normas oficiales mexicanas. El agua no es potable; sin embargo, puede reutilizarse para diversas tareas, como bañarse, lavar pisos, autos y maquinaria, en escusados, para riego de cultivos e incluso para reintegrar el agua a ríos y lagunas.
El tamaño del vermifiltro puede construirse de acuerdo con cada necesidad: puede funcionar en una casa donde viven desde dos personas hasta una familia grande; también puede instalarse en fraccionamientos, fábricas pequeñas de la industia de alimentos y bebidas, escuelas, granjas o centros recreativos. La inversión depende mucho de las necesidades y del lugar.
Cplantae cuenta con un programa para capacitar a comunidades rurales en la construcción de su propio sistema de tratamiento de aguas. Con esto, la instalación tiene un costo menor para los beneficiados. No obstante, la compañía puede también realizar el trabajo completo, incluso con acabados de lujo.
El creador y la empresa
César Asensy Maldonado Monter, originario de Tlaxcala, es el creador de este sistema ecológico de tratamiento de aguas residuales, cuya patente está en trámite. “Una tarde, caminando con un amigo en un campo cerca de Xicohtzinco, conocimos a un anciano que sacaba lirios acuáticos de un lago. Nos dijo que usaba las plantas para alimentar a los animales, pero mencionó, además, que tenía que dejar algunos lirios en el agua porque también ayudaban a limpiar el lago. Así surgió la idea para replicar ese proceso por todo el país”, cuenta César.
Esa idea se concretó en 2012, en un proyecto presentado para una materia de la universidad, mientras Maldonado Monter estudiaba Ingeniería en Biotecnología en el Tec de Monterrey, campus Estado de México. Continuó con su proyecto hasta conformar la empresa Cplantae y se graduó en 2015 como Ingeniero Químico.
Uno de sus primeros clientes fue el zoológico Africam Safari, en Puebla, cuya colaboración obtuvo el Premio Nacional del Trabajo en 2014. Desde entonces ha recibido diversos reconocimientos, como el Premio Rompe con el Cambio Climático de la Semarnat; el Premio UVM al Desarrollo Social 2014; el Premio al Emprendedor Socio-ambiental CEMEX 2014; el Premio Stephan Schmidheiny a la Innovación Sostenible 2015; el Premio EmprendedorES de la Fundación Walmart y Enactus 2015; y el Premio Estatal de la Juventud de Tlaxcala 2015, ente muchos otros. También es miembro de la International Youth Foundation.
“Gracias a los premios ganados, hemos recabado aproximadamente 300 mil pesos; además, hemos sido beneficiados por el gobierno de Tlaxcala y el Injuve (Instituto de la Juventud) con recursos para herramientas y equipo de construcción”, comenta el emprendedor.
Los planes
Dentro de la ruta a seguir para este año, César Maldonado tiene planeado trabajar en nuevos proyectos y generar más empleos. “Actualmente, Cplantae emplea a cuatro trabajadores en Xicohtzinco, una población caracterizada por la emigración y la trata de personas; también damos empleo a un alumno de arquitectura que viene de Puebla; hay varios estudiantes de servicio social de diferentes universidades y esperamos ampliar la plantilla para poder abarcar más regiones en el país”, explica César.
Agrega que continuará participando en concursos, buscando su crecimiento y el incremento de la cartera de clientes. Pretende, asimismo, diseñar un sistema que pueda atender a todo un municipio e incluso a una ciudad entera.