Investigadores de la Universidad de Stanford trabajan en un aparato capaz de volver potable agua en zonas marginadas o desérticas, usando los rayos del Sol.

Ya existen grandes sistemas que purifican el agua con ayuda del Sol, pero ahora los investigadores buscan la manera de que cualquier persona pueda llevar consigo un purificador solar portátil y usarlo donde sea que esté soleado y haya agua de lagunas, ríos o, incluso, charcos.

El primer paso para llegar a esa meta ya está dado. Xiaolin Zheng, profesor asociado de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Stanford, Estados Unidos, trabaja, en su laboratorio, desarrollando un aparato que sea capaz de purificar un charco de agua usando los rayos del Sol, de modo que sea potable y ayude a personas que viven en zonas marginadas y desérticas a no morir de sed y no enfermarse por beber agua contaminada.

Este purificador es una variante del proceso que usa energía solar para dividir las moléculas del agua y obtener hidrógeno, pero, en lugar de dividir por completo el oxígeno y el hidrógeno, el nuevo proceso reduce el oxígeno y oxida el agua para producir peróxido de hidrógeno o H2O2, un poderoso antiséptico.

El peróxido de hidrógeno desinfecta el agua a un nivel de decenas de partes por millón. Eso equivale a aproximadamente usar dos cucharadas de ese antiséptico para purificar 25 galones de agua.

El doctor Zheng realizó pruebas usando agua común del grifo, y su sistema logró purificar el líquido en más de 400 partes por millón en sólo cinco horas, durante un día soleado.

En experimentos anteriores, se ha producido peróxido de hidrógeno, pero ninguno de ellos había sido tan exitoso como los de esta nueva investigación

El dispositivo aún está en fase de pruebas, y el objetivo es que, con peróxido de hidrógeno, sea posible purificar agua ordinaria de cualquier país en desarrollo y que beberla sea seguro para la salud.

El científico de Stanford cree que, un día, una persona que tuviera mucha sed y viviera en una zona desértica podría sacar su pequeño purificador solar, colocar un poco de agua de un río o charco y, usando la luz del Sol, purificar el agua en poco tiempo y beberla sin problemas.

Además de estas futuras aplicaciones, Zheng y su equipo prevén que esta tecnología pueda adaptarse a piscinas autosustentables, a fin de que sean purificadas con peróxido de hidrógeno creado por el Sol, en lugar de usar cloro.

La investigación es una nueva visión de lo que, en los círculos de ingeniería, se conoce como un sistema fotoelectroquímico. Estos sistemas han sido muy estudiados desde la década de 1970, por su capacidad de convertir la luz solar en combustible y otros productos químicos útiles, como el hidrógeno y el oxígeno.

En experimentos anteriores, se ha producido peróxido de hidrógeno, pero ninguno de ellos había sido tan exitoso como los de esta nueva investigación.

En el proceso hay una pequeña cantidad de electricidad restante, debido a la eficiencia de las reacciones químicas. Aunque no es una gran cantidad, esa energía adicional podría usarse para encender una luz LED como indicador de que el sistema está funcionando correctamente.

Fuente:
https://earth.stanford.edu/news/purifier-creates-disinfectant-water-and-sunlight

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