Con una inversión de más de 1,380 millones de pesos provenientes, en su mayoría, del Fondo de Sustentabilidad Energética, el Centro Mexicano de Innovación en Energía, CEMIE-BIO, inicia actividades.
CEMIE-BIO está conformado por cinco clústers, cada uno enfocado a un área muy especializada en materia de biocombustibles: biocombustibles sólidos, bioalcoholes, biodiesel, biogás y bioturbosina. ¿Cuál es el denominador en común? Todos podrán elaborar productos especializados a partir de la biomasa de nuestro país.
Cada clúster tiene un líder de proyecto diferente, y está conformado por los grupos académicos y de investigación más prestigiosos y con mayor experiencia en su respectiva área, así como por empresas del ramo y, en algunos casos, también por universidades de otros países.
Biocombustibles sólidos
El doctor Omar Masera, destacado científico y responsable técnico del Clúster de Biocombustibles Sólidos, comentó a proyectofse: “Con este clúster, nos interesa mucho ligar el desarrollo de la ciencia y la tecnología con el desarrollo sustentable de las comunidades, de los ejidos, de la gente en México. También, obviamente, mejorar la competitividad en materia de biocombustibles sólidos y trabajar con empresas. Nos interesa mucho mostrar cómo un gran proyecto de innovación sale del propio México. Queremos que todos obtengan ganancias: desde el campesino que brinda la materia prima y que puede darle, en algún momento, valor agregado, hasta las empresas que trabajen con ellos, los institutos de investigación y las personas que hacen la investigación, y al final, claro, el medio ambiente. Que haya un desarrollo que nos permita dar pasos firmes en la transición energética en México”. El clúster que Masera coordina estará conformado por instituciones de reconocida trayectoria, incluyendo 10 centros de investigación e instituciones de educación superior, tres empresas importantes del ramo y dos universidades internacionales.
Cada clúster tiene un plan de trabajo proyectado a cuatro años. Por ejemplo, el de Biocombustibles Sólidos tiene las siguientes cuatro líneas de investigación y acciones estratégicas: oferta y demanda de recursos biomásicos sólidos para la generación de calor y electricidad; caracterización y estandarización de biocombustibles sólidos para la generación de calor y electricidad; generación de calor de baja potencia para aplicaciones residenciales; y, por último, políticas públicas en biocombustibles sólidos.
Bioalcoholes
Para el Clúster de Bioalcoholes, lo más importante es consolidar y transferir a corto plazo tecnologías hacia el sector industrial para la producción de bioetanol lignocelulósico 2G, a fin de que sea usado en el sector del autotransporte. El líder de este proyecto es el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, Unidad Guadalajara. Trabajará en coordinación con 11 grupos de investigadores mexicanos, así como con grupos de investigación adscritos al Departamento de Ingeniería de la Universidad de Oxford, Inglaterra; al Laboratorio de Investigación en Sistemas Biológicos de Institut National des Sciences Appliquées de Toulouse, Francia; al Centro de Biotecnología de la Universidad de Concepción, Chile; y al Laboratorio Europeo de Radiación Sincrotrón de Grenoble, Francia.
El doctor Arturo Sánchez Carmona, responsable técnico de este clúster, considera que CEMIE-Bio “puede llegar a ser un elemento importante para lograr la transición energética, ya que cada clúster se enfoca en la generación de tecnologías para la producción de biocombustibles que impacten en el corto plazo sobre nuestra sociedad”.
Para Sánchez Carmona, “el bioetanol será el biocombustible con mayor impacto en la población mexicana en el corto plazo, porque dos terceras partes del combustible que se consume en el sector autotransporte es gasolina. Ésta es la razón por la que, en el clúster de bioalcoholes, tenemos una gran oportunidad para colaborar de manera directa en el mejoramiento de la calidad de vida de los mexicanos. El clúster de bioalcoholes proveerá las bases tecnológicas para articular la producción de bioetanol en México, tanto en el corto como en el mediano plazo. El hecho de que podamos ofrecer alternativas tecnológicas de producción a una escala adecuada en México en el corto plazo ha despertado gran interés y eso ha atraído actores de toda la cadena de valor del bioetanol: desde productores de biomasa hasta fabricantes de equipo industrial, pasando por los representantes de grupos de usuarios, a pequeña y a gran escala”.
Biodiesel y biogás
Otros dos importantes clústers, el de Biodiesel y Biogás, serán coordinados por el Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco y el Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica, respectivamente. Ambos están conformados por grupos de investigación con gran experiencia en toda la cadena de valor, desde el laboratorio hasta los usuarios finales.
En el caso del Clúster de Biodiesel, la alianza con las empresas Green Fuel, Greasenol y Xanax, es de vital importancia. Tanto la primera como la última, pondrán sus plantas a disposición del proyecto. La doctora Georgina Sandoval, responsable técnica del Clúster de Bioediesel Avanzado, afirma que CEMIE-Bio es un proyecto muy importante que aprovechará de mejor manera los recursos. “En México se atomizan mucho los recursos porque suele haber mucha gente que trabaja en lo mismo y por separado. Por eso, los CEMIEs son un mega-proyecto: aglutinan las mejores capacidades y los mejores especialistas mexicanos para dar respuesta a los problemas en energía sustentable. Con el CEMIE-Bio, específicamente, lo que estamos tratando de hacer es volver realidad que los mexicanos tengan acceso a la bioenergía en la vida diaria”.
Para el doctor Elías Razo, responsable técnico del Clúster de Biogás, otro tema importante se relaciona con las políticas públicas orientadas a la generación y el desarrollo de un mercado nacional que consuma este tipo de bioenergías. “El papel de la Secretaría de Energía ha sido fundamental, gracias a la apertura que ha mostrado para desarrollar fuentes alternas a los combustibles fósiles”, comenta Razo. El especialista menciona que nuestro país es líder mundial en el desarrollo de biocombustibles de hidrógeno, una alternativa prometedora por su alta densidad energética y porque puede usarse para obtener energía eléctrica de manera directa a través de celdas de combustible.
Bioturbosina
El quinto clúster de CEMIE-BIO está dedicado a la Bioturbosina. Con el Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica a la cabeza del proyecto, la idea es concentrarse en cuatro objetivos estratégicos principales: biomasa, transformación, sustentabilidad y análisis de ciclo de vida, y mercado. El plan del Clúster de Bioturbosina busca enfrentar los retos científicos y tecnológicos actuales de nuestro país en lo tocante a uso y producción sustentable de bioturbosina. Para ello, ha creado alianzas dinámicas y multidisciplinarias con instituciones, centros y empresas.
El doctor Francisco Cervantes comentó con proyectofse : “Fue muy pertinente que se haya lanzado esta convocatoria conjuntamente entre la Secretaría de Energía y el Conacyt, para buscar alternativas a las fuentes de energía convencionales, las fuentes fósiles, y que se exploren otras que respondan a las necesidades energéticas de la sociedad, sin comprometer el medio ambiente. A mí me parece muy oportuna y hasta valiente la inversión que conjuntamente están haciendo la Secretaría de Energía y el Conacyt para detonar este sector energético”.
A partir de 2016, y durante los próximos cuatro años, los clúster de CEMIE-BIO irán cumpliendo, por separado y en conjunto, las metas trazadas para 2020 en materia de biocombustibles y biomasa en México.