América Latina ha logrado avances importantes en el sector de las energías renovables y hoy esta región cuenta con el 25% de participación de fuentes limpias en la oferta de energía primaria, respecto al 10% que presenta el promedio global, de acuerdo con Alfonso Blanco, secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), quien participó en los Diálogos Estratégicos sobre el Futuro de la Energía, México 2017 (Demex), realizados en septiembre de este año en la Ciudad de México.
El directivo destacó que países como Chile y México han hecho grandes aportes de energías renovables a nivel de incorporación porcentual a la matriz energética, y Uruguay ha sobresalido, en los últimos años, por incrementar tecnologías renovables en la matriz de generación eléctrica.
“Los casos de Costa Rica y Brasil son especiales, ya que el primero se proyecta para ser el primer país del mundo que sea 100% renovable en la producción de electricidad en el corto plazo; y Brasil suma más de 9,000 MW instalados en energía eólica, convirtiéndose, en 2016, en el quinto país del mundo en la incorporación de esta tecnología”, dijo Alfonso Blanco.
Sin embargo, explica que algunos países latinos aún evidencian un rezago importante en este campo, debido, principalmente, a dos razones: no existen marcos regulatorios y no hay inversiones en energías renovables.
Sobre este último punto, Antonio Barbalho, gerente de Práctica Global de Energía e Industrias Extractivas del Banco Mundial para América Latina y El Caribe, expuso que, para lograr que la industria de las energías renovables escale, es necesario realizar financiamientos a largo plazo, bien cimentados y con garantías, pero los proyectos deben contar con modelos de negocios bien definidos.
“Los casos de Costa Rica y Brasil son especiales, ya que el primero se proyecta para ser el primer país del mundo que sea 100% renovable en la producción de electricidad en el corto plazo; y Brasil suma más de 9,000 MW instalados en energía eólica, convirtiéndose, en 2016, en el quinto país del mundo en la incorporación de esta tecnología”, dijo Alfonso Blanco.
“Además, es necesario crear nuevas acciones para impulsar nuevos desarrollos. Por ejemplo, a principios de este año, Argentina estableció, por primera vez, un fondo para las energías renovables, que ha sido respaldado por el World Bank Group, el cual empezó con una entidad gubernamental y ahora ha evolucionado; tenemos que ver cómo replicarlo en otros países, aprender de estas ideas y ver cómo desplegarlas a mayor escala”, comentó Antonio Barbalho.
Aunado a lo anterior, Jesús Reyes Heroles, director general del Grupo de Economistas Asociados, ex secretario de Energía y ex director de Pemex, indicó que cada país es diferente y debe encontrar su manera de financiar proyectos de energías renovables.
“Una pregunta relevante que hoy estamos enfrentado es cómo aumentamos el volumen de los recursos para financiar proyectos, y no puede haber una respuesta única, ya que cada país debe responderla de acuerdo con sus condiciones, pero debemos reconocer que alguien debe pagar la transición energética. Una propuesta podría ser de índole tributario, es decir, podríamos tomar una parte de la recaudación de impuestos y dedicarla a apoyar acciones para acelerar la adopción de energías limpias”, afirmó Reyes Heroles.
Y concluyó diciendo que, afortunadamente, la rápida evolución de la tecnología nos está ayudando, porque la innovación tecnológica hace que los nuevos proyectos disminuyan sus costos de fabricación y operación. Poco a poco, instalar sistemas de energías renovables será más barato año con año.